La
cara es el espejo del alma, a través de nuestro rostro decimos muchas cosas
sobre cómo somos y también sobre cómo estamos.
Hoy
hablaremos sobre la importancia del cuidado facial diario y de los tres pasos básicos
que no debemos olvidar si queremos una piel saludable.
¿Sabéis que la piel es el órgano más extenso del
organismo? En la persona adulta supone una superficie de aproximadamente unos 2
m2.
Las
dos importantes misiones que cumple son la de relacionarnos con el exterior y a
la vez proteger nuestro organismo de los agentes externos.
Entre
los factores que pueden cargar de impurezas nuestra piel, se encuentran los
ambientales, relacionados con el clima: el sol, el calor, el frio, el viento,
la contaminación… También es motivo de impurezas el uso de productos cosméticos
y la grasa que genera nuestra propia piel.
Estas impurezas bloquean los poros, lo que impide que la
piel respire y transpire afectando su normal funcionamiento, bajando los
niveles de hidratación y disminuyendo la fuerza de esta barrera natural que
protege el interior del cuerpo.
Por ello, dermatólogos y profesionales de la belleza
recomiendan tres pasos fundamentales para cuidar de la piel de tu rostro:
Paso 1: Limpieza
Independientemente de la edad, una limpieza diaria con una
crema limpiadora adecuada contribuirá a la eliminación de la suciedad de la
piel: células muertas, impurezas, exceso de grasa y maquillaje.
Es imprescindible, vayamos a maquillarnos o no, para la efectividad de cualquier crema o
tratamiento, ya que una piel limpia permitirá mucho mejor la penetración de sus
componentes.
A diferencia del jabón, las cremas limpiadoras son capaces
de arrastrar más suciedad y al mismo tiempo respetan mucho más el ph de nuestra
piel.
Existen muchos tipos de limpiadoras en función del tipo de
piel, de la edad, también en función de lo vagas que seamos. Si tu piel es
grasa o mixta, te irá mejor una limpiadora con textura en gel, si por el
contrario tu piel es seca te irán mejor las texturas cremosas.
Importante: Si estamos maquilladas, es aconsejable utilizar
antes un desmaquillante. Ayudará a
eliminar el maquillaje más contundente y la limpieza del rostro se podrá
realizar de una forma más eficaz.
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Desmaquillante para rostro y ojos. |
Paso 2: Tonificación.
Con el tónico como segundo paso se completa la higiene del
rostro. El tónico ayuda a refrescar, unificar, reequilibrar el tono y estimular
la circulación sanguínea. Restablece el ph perdido con la limpiadora y prepara
nuestra piel para la el tercer paso.
Al igual que la limpiadora, existe gran variedad de tónicos:
calmantes
para pieles sensibles,
purificantes para las grasas, incluso con acción reafirmante para pieles con
problemas de flacidez.
Paso 3: Hidratación o nutrición.
·
Para el día, la crema hidratante aporta la
combinación necesaria para mantener los niveles de hidratación natural a lo
largo del día y la protege de los efectos negativos de la radiación
ultravioleta.
·
Para la noche,
el último paso es la crema nutritiva.
Tendrá la función de reparar nuestra piel mientras dormimos estimulando la regeneración de los tejidos y ayudando a
la relajación del rostro de todas las tensiones y del estrés diarios.
Deciros que existen otros pasos intermedios, como exfoliación, aplicación de serums y de contorno de ojos de los que hablaremos en otro momento. Pero si nos queda clarísimo que como mínimo debemos cuidar nuestra piel todos los días con limpiadora, tónico y crema ya es un gran paso.
Deciros que existen otros pasos intermedios, como exfoliación, aplicación de serums y de contorno de ojos de los que hablaremos en otro momento. Pero si nos queda clarísimo que como mínimo debemos cuidar nuestra piel todos los días con limpiadora, tónico y crema ya es un gran paso.
Por eso, no os olvidéis de la importancia de una limpieza facial
diaria. Notareis los resultados. Sólo tenéis que coger una rutina, como lavarse
los dientes o peinarse.
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